Fort Meade, 30 km al Noroeste de Washington D.C.
11:37 de la mañana.
Michael Ramírez estaba sentado en su despacho de las oficinas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Iba por su tercer café de la mañana. El día anterior había organizado una barbacoa en el jardín de su casa en Georgetown y por la mañana se había levantado con un dolor de cabeza tremendo y una acusada sensación de no haber descansado nada en toda la noche.
Al llegar le había sido asignada una lista, debía comprobar cada nombre de ese par de folios. Como analista de la NSA tendría que pasar las próximas horas leyendo minuciosamente cada palabra que le proporcionaran las bases de datos de la Agencia y determinar si existía algún fundamento de sospecha en esos nombres.
Había acabado el informe de Yusuf Amir desechando cualquier posible vinculación con una cédula terrorista en El Cairo. Y pasó a teclear el siguiente nombre.
Empezó a leer y de pronto hizo un movimiento brusco en su silla. ¡Diablos! ¡Tengo que avisar a Tom! Se dijo.
Descolgó el auricular y marcó la extensión de su supervisor.
Thomas Winkler leía el Washington Post cómodamente en su despacho al sonar el teléfono.
- ¡Hola Mike! Escucha, siento haberme tenido que ir tan temprano ayer de la barbacoa pero ya sabes, el embarazo de Rachel me esta volviendo un poco loco. ¿Qué tal Beth y los niños?
- Bien, bien. Tom, tienes que venir un momento.
- Ahora mismo voy para allí.
Al colgar Michael empezó a tomar notas en su bloc. Unos datos básicos para presentar a Tom cuando llegara. Ese nombre que resaltaba en la pantalla le hizo estremecerse, algo no cuadraba en todo aquello. Su instinto le decía que allí se escondía algo más.
A los cinco minutos Thomas entró por la puerta con su sempiterna sonrisa en el rostro.
- Caray Mike, ¿cuando te vas a cambiar esa gorra de los Yankees? ¿Te presto la mia de los Dodgers?
- ¡Déjate de gorras Tom y lee esto!
Thomas cambió su semblante al leer unas pocas líneas de la pantalla.
- ¡Maldita sea Mike! ¿Quien es este tipo?
- Aún no lo he investigado en profundidad, pero me ha dado mala espina desde el principio.
- ¿Cuál es nuestro enlace en España?
- Espera que lo busco.
Michael tecleó unas órdenes y la pantalla devolvió un listado.
- John Hodge, secretario personal del Cónsul. Es nuestro agente para España.
- Muy bien Mike, ponme al teléfono con él. Pide permiso para que te asignen una línea segura, cuando esté me avisas. Averiguaremos quien demonios es ese tal Rubén Ferrán.
Esto podría ser el principio de una buena historia. Basada en parte en hechos reales.
Pero antes de todo dejarme haceros una pregunta, ¿existen los secretos hoy en día?
La NSA americana, el MI6 británico, el Mossad israelí, el BND alemán, incluso el CNI español. Todos espías amparados por sus respectivos gobiernos. Todos involucrados en un red global de espionaje que toma de la protección su leit motiv, pero ¿ahí algo más?
¿Existen intereses creados a nivel económico para que el espionaje se haya vuelto tan rentable como parece?
Hace un par de semanas salió a la luz un informe que alguien de dentro de la NSA había hecho público. Un currito de la agencia más poderosa de espías había dado a algunos periodistas un pendrive con cierta información. Entre esos documentos constaba una presentación en Powerpoint en la que básicamente se decía que todos estábamos siendo vigilados por ciertas empresas. Nuestras direcciones de correo electrónico habían sido violadas, nuestros mensajes leídos, nuestras conversaciones escuchadas. Google, Skype, Yahoo, Facebook, Microsoft, Apple.....todos ellos habían dejado, voluntariamente, vía libre a los agentes de la NSA para olisquear en sus servidores. Para buscar cual perros de presa algún dato que fuera sospechoso.
A este programa de vigilancia se le dio el nombre en clave de PRISM.
¿Pero con qué fin leen y escuchan?¿Todo es por salvar a la patria? Me da a mi que no. Yo cada día borro varios correos en mi cuenta de email dedicados a venderme cosas. Cada día miles de anunciantes se pasean por Facebook. Empresas de cierto porte se llevan acuerdos de mucho dinero por saber cierta información vedada a la mayoría. Y es que cuando hay dinero de por medio me río del emblema americano de proteger y servir.
Hace unos meses se decía que Apple había metido un chip en su Iphone4 que nos mantenía totalmente localizados donde fuéramos. ¿Os habéis preguntado por qué hay llamadas gratuitas por Skype, o mensajes sin ningún coste con Line o Whatsapp? Simplemente porque es más sencillo capturar las señales y grabar conversaciones. El mundo se ha convertido en un Gran Hermano gigante donde en cada momento saben lo que haces y dices.
Todo lo que escribo tiene algo que ver conmigo, y os preguntaréis que leches tengo yo en común con espías y agencias más propias de películas de Bond o Bourne.
Cierto día, hace diez u once años, yo volvía de la facultad. Al llegar a casa mi madre, preocupada, me dijo "tienes una carta del juzgado". Yo, extrañado y curioso al mismo tiempo, la abrí y leí el contenido. Un juez me avisaba que mi teléfono había sido intervenido durante un mes y que pasado ese tiempo y sin haber detectado nada sospechoso habían liberado la línea. Me reí. La verdad es que me pareció gracioso que alguien en alguna parte hubiera escuchado una conversación con mi pareja de aquel entonces, algo del estilo....bueno cielo me voy a dormir ya que mañana madrugo para estudiar. Vale cariño, un besito. Venga cuelga. No, cuelga tu primero. Venga, va. Oye, no me engañes que aún te oigo respirar. ¡Que bobo eres!¡Tu si que eres boba! A la de tres colgamos los dos, ¿vale? Una, dos y tres....
Así que me imagino a ese analista en el departamento de inteligencia de señales de la NSA escuchando al otro lado y me río. No puedo evitarlo. Aunque es serio el tema. ¿Quien sabe por qué se pusieron a escuchar? Por esa fecha iba a ir por primera vez a Nueva York, y quizá hablara por teléfono de visitar la zona cero o de si tendríamos mucha dificultad en pasar la seguridad del aeropuerto. Quizá una alarma salto en el reconocimiento de palabras y el Mike de turno se puso sus auriculares y escuchó. Es posible. Aznar en esa época era amiguete de Bush. O puede que fuera algo aleatorio y mi número saliera al azar.
¿Debemos preocuparnos? Bueno, hasta cierto punto yo diría que no. Salvo que te de vergüenza que te oigan decir las chorradas que se dicen cuando uno esta enamorado.
Asi que, Mike, si estas escuchando toma nota.