Los sueños son incontrolables, impredecibles, a veces indeseables, a veces ni te quieres despertar.
Mi momento de hoy es un sueño, no un sueño en particular. Últimamente me ha dado por pensar en los sueños que tengo, puede que sea de persona poco normal, incluso rara, pero hace mucho un profesor mío de filosofía nos dijo que si podíamos recordar los sueños que los escribiéramos porque se puede conocer mucho de ti mismo por lo que sueñas.
De pequeño, en cierta ocasión, me desperté encima de la cama a cuatro patas y ladrando. Como sí me hubiera convertido en un perro. Lo cierto es que al despertar me dio miedo, y llamé a mi hermano para que estuviera conmigo acompañándome en mi terror nocturno.
Cuando tenía pesadillas, mi hermano que entonces tenía 4 o 5 años me decía, piensa en espinete y se te pasa. Buen consejo. Pero aún así yo tenía bastantes pesadillas. Sueños que para un niño son de un pavor terrible.
Y que decir tiene de ese momento justo antes de quedarte dormido, ese duermevela, ese momento entre la vigilia y el sueño en el que puedes ver cualquier cosa, apariciones, ilusiones, visiones fantasmagóricas. Da miedo, sinceramente.
Sin embargo me encantaba soñar. Ya siendo más mayor un amigo del colegio me dijo que si pensabas en una persona mucho, antes de dormir, soñabas con ella. Y yo lo probé, y funcionó, vaya que si funcionaba. Me gustaba una chica de clase y cada noche pensaba en ella, me dormía viéndola en mi mente, jugando juntos en el patio del colegio, o comiendo en el comedor junto a los demás chicos de clase. En esa época me encantaba soñar, era el mejor momento del día. Luego de adolescente lo intenté de nuevo y parece que la magia desapareció de pronto. Ya no controlaba los sueños, eran visiones locas, aventuras rocambolescas y de vez en cuando alguna que otra pesadilla. Una de ellas, bastante recurrente, era que varios aviones se caían del cielo, sobre mí. Y yo corría desesperado para que no me aplastaran.
El sueño es algo complejo, hace un tiempo escuche que los bebés antes de nacer mueven los ojos como si estuvieran en fase REM. Una fase en la que estas profundamente dormido y en la que se sabe que se sueña. Y te preguntas, ¿que sueña el feto de un bebe? No tiene ningún tipo de experiencia vital para que el cerebro pueda montar algún sueño. ¿Por qué algunas personas no pueden recordar sus sueños? ¿Cómo es posible que en un sueño puedas reír y llorar y esos sentimientos se trasladan al cuerpo y te sorprendes riendo o llorando al despertar? Cómo digo los sueños son muy complicados de entender.
En estos dias, no puedo por menos que decir que mis sueños son menos controlables que nunca. Me descubro a mitad de la madrugada inquieto, nervioso, triste, cansado, feliz. Me gustaría poder controlarlos como de pequeño, y poder fantasear sobre la almohada con lo que yo deseo, pero es imposible. No hay manera. Cada noche cierro los ojos sin una pequeñísima idea de la película que montara mi mente mientras duermo. Algo que parece normal es desesperante porque no quiero soñar con algunas cosas, el cerebro se comporta como un auténtico bellaco de cómic. Haciendo y deshaciendo a su voluntad. Preferiría soñar con la rubia que se sienta enfrente de mi en la biblioteca, esa que solo con mirarme el corazón se acelera. O con la rubia con cuerpo de modelo y sonrisa cautivadora que pasa por mi trabajo y a la que jamás me atreví a decir nada, pero en sueños todo es posible. Aunque mucho me temo que seguiré soñando cosas que no me apetecen, cosas que cuando abres los ojos piensas que aún siguen ahí, que todo es real y tienen que pasar unos minutos para hacerte a la idea de que todo es una fantasía horrible orquestada por tu cerebro. O quizá todo sea cierto te dices, quizá todo sea verdad y ese sueño solo sea una especie de premonición, de visión del futuro.
Los sueños ante todo son perturbadores, sean buenos o malos, aventuras felices o pesadillas increíblemente reales. Pero hoy me he propuesto intentarlo de nuevo, intentar cerrar los ojos y pensar en la rubia con cuerpo para pecar y sabor a caramelo. Quizá consiga ligarmela, sólo quizá. Los sueños son así.
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