Las vacaciones se acaban y llevo un par de dias queriendo hablar de La Manga, una vez más. En los ultimos 9 meses he venido aqui por diversos motivos. Y ninguna de esas veces me he quedado indiferente ante las sensaciones que me han invadido el corazón.
Ahora, escuchando la banda sonora de piratas del caribe miro el mar. Hoy con cierto oleaje, esta travieso, juguetón. La marea alta hace que casi pueda alcanzar el agua salada desde la terraza de mi casa. Lo mejor de La Manga, en el pasado y ahora, es el aroma y la brisa marinas. Estoy convencido que en una vida pasada fui un pirata o un bucanero, quizá un grumetillo que se dedicaba a recoger los cabos del mar utilizados para medir la velocidad. Sin duda, en otra vida viví en un galeón surcando el océano. Pero esta vez no me remontaré a algo tan lejano.
En esta ocasión sólo haré un retroceso de once años. Es el tiempo que pasó desde el último verano que estuve aquí, desde el último baño en las aguas del Mediterráneo murciano.
Y el constante ir y venir de las olas hace que los recuerdos llenen mi mente y note que todo es muy distinto.
Y donde más he notado el paso inevitable de los años es en la gente que pasaba los veranos a mi alrededor. Probablemente lo vea asi porque los vi casi de niños y ahora el cambio es evidente. Son adultos, mucho más de lo que yo lo soy ahora mismo.
Empezando por mi hermano y su chica, Maite. Aunque en ellos aprecio menos cambio porque los veo más a menudo si que encuentro que su relación con La Manga es más adulta.
Hace un par de dias, por la mañana, pensaba en ello. Todos rodeando la sombrilla que baja mi hermano. Alli estaba la mayoria de la gente.
Roberto y Ester, con h intercalada. Poco puedo decir de ellos. Solo transcribiré un dialogo....
E- Joder, Roberto no te pongas tanta crema, ¡coño!
R- ¿Alguna vez hago algo bien?
E- ¿Quieres tener cuidadado? ¡qué me estas llenando de arena, coño!
Espero que no se enfaden ni Roberto ni Ester, con h intercalada. Pareja simpática, sin duda. Me hacen sonreir.
Por allí estaba Ferdi también, tengo un cariño especial por ese chico. Me cae muy bien. Hace once años era un chaval que jugaba al futbol conmigo. Amigo inseparable de mi primo Jose, siempre se preocupó por preguntarme que tal me iba todo. Durante todos estos años le he visto dos o tres veces. Y sin embargo cuando le saludé hace unos dias se lo dije, has crecido macho. Y es que eso es lo que más me ha chocado de volver a La Manga.
Un ejemplo claro son Juanqui y Elena. De él solo puedo decir que es un gran fotógrafo y que es papá de Lucas. Elena hace once años era una cria encantadora que ponía su toalla al lado de la mia y me preguntaba mucho. El otro día me enseñaba fotos de su niño y dos sentimientos llenaron mi alma. Me sentí feliz por ella, porque le veia sus ojos llenos de orgullo por su bebe. Y a la vez sentí tristeza porque yo pude tener ese brillo en mis ojos y no me atreví a dar el paso cuando me lo pidieron.
Jose, mi primo. En el pasado compartimos un montón de cosas. Incluso durante un año estudiamos juntos en la facultad. Muchos días les llevaba en el coche a él y a Micki, un amigo suyo. Rubén hoy nos quedamos en Moncloa que vamos a los recreativos, me decian. Yo sonreía. Ahora la relación es más fria. No mantengo tanto contacto con él. La lejanía, trabaja en Londres, no es excusa. Aún así le quiero mucho.
Salva y María. La primera vez que me fijé en Salva fue uno de los primeros dias que llegué aquí. Una mañana, haciendo deporte en la terraza, escucho a un niño gritando... ¡Roberto, Roberto, Roberto!
Me asomo y era Hugo que corriendo llamaba al portero para saludarle. Detrás iba Salva, ¡Hugo ven aqui! Personalmente no le conozco, pero parece un papá muy bueno porque siempre le veo cuidando de Hugo y de Maria, sus hijos. A María, la mamá, la conozco algo más. Años atrás recuerdo que era una chica muy deportista. Jugaba al baloncesto con ella y con Carmen. En realidad el baloncesto me daba igual. Me gustaba estar con ellas. Siempre me he llevado mejor con las chicas que con los chicos. Y María era muy simpática. Ahora, con el tiempo, la veo muy adulta. Quizá, es en ella en la que más cambio aprecio. Su mirada es madura.
De Carmen recuerdo que hablaba mucho conmigo. Era y sigue siendo una mujer muy abierta. Creo que dice lo que piensa y es en la que he visto menos cambio. En sus ojos veo a una niña, su forma de reir y de hablar son los mismos que recuerdo.
Ana, la hermana de Maite. Hace once años estaba enamorado de su personalidad. Es una de esas chicas que son muy opuestas a mi pero que por ello me atraen tanto. Estaba totalmente loca, y esas locuras me gustaban. Si hubiera sido algo más mayor seguramente me habría enamorado perdidamente de ella. La Ana de ahora, al haber madurado, ha perdido esa parte de espontaneidad que recordaba. O quizá solo sea una percepción mia.
Toca hablar de Raquel, ¿qué puedo decir de esta niña? Pues, sinceramente, no la recuerdo del pasado aunque creo que si estaba por aqui. Pero desde hace 10 meses sucede algo con esta chica. Cada vez que entro en facebook, en el apartado de personas que quizá conozca sale ella la primerita. Una y otra vez. Extrañado, un dia hablando con Dani y Maite les pregunté. ¿Quién es Raquel? Ahora que ya la he visto sigo sin recordarla del pasado pero parece maja y divertida. Al menos ahora ya se de quien es la cara que me miraba al abrir la página de face.
Sergio vive en mi mismo portal. Recuerdo que me lo encontraba en el ascensor muchas veces. Pero nunca pasé del hola de turno. Era amigo de mi hermana pero nunca hablé con él. Creo que le vi en Mayo cuando vine pero no caí en ese momento en quien era. Ahora me insistía todos los dias en que jugara al volley. Abierto y simpatico. Buena gente, seguro.
Una mención especial se merece Silvia. Pequitas. Asi la llamaba entonces y asi la sigo llamando ahora. Tenía ganas de verla y darla un abrazo. Los azares de la vida han hecho que no podamos coincidir este año en la playa. Desde aqui la mando un beso muy grande y fuerte. Silvia hace once años era sin duda la chica más alegre del grupo. Siempre la veia con una sonrisa en la cara. Feliz. Asi la tengo en mi memoria.
Hay más gente pero estos son los que ahora han estado por aqui y con los que he podido comparar el pasado y el presente.
Sin embargo aún queda alguien. Yo mismo.
¿En qué se distingue el Rubén de antes del de ahora mismo? En su visión de las cosas. Mirada más dura, más enigmatica. No dejo entrever nada para que nada pueda ser utilizado en mi contra. Puede que sea algo frio, incluso alguien que no me conociera podría tacharme de borde. No obstante es todo lo contrario. Cualquier cosa infunde en mi más sensaciones que hace años. Ahora siento más, todo me afecta de una forma terrible y por eso mismo adopto una pose lejana. Para que al capitán del navio no le vean flaquear. El pirata es duro por naturaleza, tiene una apariencia que guardar. Pero cuando esta a solas observando el cielo estrellado desde la cubierta es otra historia. Entonces se quita el velo y con una copa de ron en la mano se vuelve romántico y sensible y canta canciones y recita poemas a la luz de la luna. Versos en los que desea encontrar a la mujer que le haga olvidar guerras y batallas, y que con un sólo beso le haga abandonar su buque y quedarse en puerto. Y con el botín de sus correrias comprar una isla y disfrutar del amor.
Ese es el Rubén de ahora, más soñador que nunca. Más pirata. Más poeta. Más tonto, al fin y al cabo, porque solo los estúpidos creen en el amor. Solo los increíblemente inocentes ven ángeles en cada mujer que se cruza por su camino.
La vida no se mide en minutos se mide en momentos.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
lunes, 26 de agosto de 2013
La Manga 4.0
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